sábado, 5 de diciembre de 2015

ARIO

Un chico rubio vestido de militar, observa con admiración la estatua del gran héroe nacional Adolf Hitler, que llevo a Alemania a la más gloriosa de las victorias en la segunda guerra mundial. El chico ario orgullo de la raza más pura que jamás ha pisado la Tierra, recuerda como su abuelo, le contaba historias sobre las batallas de la gran nación alemana, en la más grande de las guerras y del exterminio de los demonios judíos, que tan gran peligro representaban para la nación. Su abuelo solo tenía buenas palabras y elogios para su gran ídolo Adolf Hitler, que le había devuelto el orgullo de ser alemán, perdido en la primera guerra mundial.

-Karl has acabado ya-otro chico rubio también vestido de militar aparece en escena.

-Si Joseph, ya podemos irnos-Karl echa un último vistazo a la efigie de Adolf Hitler y se va junto a Joseph.

En silencio, los dos chicos se dirigen a un cuartel militar, donde una gran multitud de chicos y chicas jóvenes, todos de raza aria parecen inquietos, uno de ellos, en voz alta y con grandes aspavientos habla para la multitud.

-Escuchad hermanos y hermanas de la gran nación alemana, un gran peligro se cierne sobre nuestra patria, nos sentimos orgullosos de ser arios, pero nuestra raza está siendo exterminada en el resto del mundo, debemos ayudar a nuestros hermanos y por eso estamos aquí, formaremos el mayor ejercito que nunca nadie haya visto, y destruiremos a cualquier nación que se atreva a hacer daño a un ario-Adolf Hitler, que así se llama, es el nieto del gran héroe alemán.

Los allí presentes, siguen la locución de Hitler apasionadamente, en cambio Karl, que acaba de llegar, no parece estar para nada de acuerdo con sus palabras y decide intervenir, e interrumpir a Hitler.

-Adolf perdona que te interrumpa, pero no estoy de acuerdo con lo que estás diciendo, has afirmado que los arios están siendo exterminados y no creo que puedas demostrarlo, en mi opinión, no deberíamos comenzar una guerra por unas dudosas informaciones-Karl es una de las pocas personas que se atreven a contradecir a Hitler, la gran amistad que le une a él, le dan valor para hacerlo.

-Karl eres un gran amigo y por ese motivo respeto tu opinión, pero créeme, la guerra es inevitable, mis fuentes son fiables y el peligro muy grande, el exterminio de la raza aria en el resto del mundo es una realidad y es solo el primer paso, el próximo, es la invasión de la gran nación alemana y la consiguiente ejecución de toda población aria.

Karl escucho atentamente a Hitler, pero decidió no decir nada más y abandono el lugar.

La guerra no tardó mucho en comenzar.

15 meses después, Karl observa la estatua decapitada de Adolf Hitler, la guerra ha terminado, la gran nación alemana ya no existe, los arios ya no se sienten orgullosos de serlo, las leyes han cambiado, la prohibición de culto del judaísmo ha sido abolida y un judío es el nuevo presidente, Karl pensativo, se acerca a la estatua de Hitler y le habla como si de una persona real se tratara.

-Hay veces que me pregunto, que hubiera sucedido si hubiéramos perdido la segunda guerra mundial, quizás yo no estaría aquí, pero estoy seguro de que las cosas nos hubieran ido mucho mejor.

No dice nada más y se va cabizbajo, con un sentimiento de tristeza y humillación, que le acompañara el resto de su vida.


sábado, 24 de octubre de 2015

LA SALIDA

Han pasado ya 11 días, me estoy planteando seriamente salir del búnker, para poder ver con

mis propios ojos, las terribles consecuencias que ha provocado el fin del mundo.

El día 20 de Diciembre de 2012 a las 23:59, entre en el búnker para pasar el resto de mi vida

allí encerrado. Supuse que fuera lo que fuera que acabara con el mudo, dejaría este inhabitable

y con esa idea me enterré en vida, después de 3 meses reuniendo suficientes víveres para poder

subsistir el mayor tiempo posible. Intente sin éxito alguno, convencer a familiares y amigos para

que se unieran a mí, pero fue en vano, me trataron de loco y se rieron de mí, es de suponer que

ahora ya habrán dejado de hacerlo.

-Seria bueno echar un vistazo ¿no crees Tobi? -le dije a mi perro, que fue el único que se

decidió a entrar conmigo en el bunker-quizás si pudieras hablar, me dirías que no, que es

peligroso.

Tobi me miro y ladro dos veces, quién sabe cuál sería su opinión, recordé entonces a mí

madre horas antes de encerrarme, como intento disuadirme:

-Francisco, recapacita hijo, no hay ninguna prueba de que vaya a acabarse el mundo.

-Madre, no intentes hacerme cambiar de opinión y ven conmigo por favor.

-No hijo mío, si esa es tu decisión ve solo, pero, por favor, dime dónde está el búnker para que

pueda venir a buscarte-mi madre sufría mucho por mí, su cara y su tono de voz así lo reflejaban.

-Sabes que no puedo decírtelo, la gente que pueda quedar con vida, es de suponer que intentaran encontrar comida como sea, saqueando y matando a quien quiera impedírselo, sí saben de la existencia del búnker, intentaran entrar, por ese motivo no le he dicho a nadie el lugar donde se encuentra.

-¿Es que no confías en mí? -Me dijo en tono triste mi pobre madre.

Sin tan siquiera responderla, salí de su casa sin mirar atrás.

Ahora estaba arrepentido del trato que le diera a mi madre, pero ya era tarde, junto a mi perro,

me dirigí a la salida del búnker y me quede frente a ella mirándola fijamente.

-Quizás la radiación, si es que la hay, nos mate, sería preferible esperar un poco más-dije

dirigiéndome a Tobi.

No sabía qué hacer, antes de entrar lo tenía muy claro, pasaría el resto de mi vida allí dentro y

no saldría bajo ningún concepto, pero pasados 11 días, ya no lo veía así, casi estaba arrepentido

de no haberme quedado con mis familiares y amigos fuera de allí. Ser el único ser humano vivo

no era una idea muy alentadora para mí, de que me servía seguir vivo, si todos mis seres queridos habían muerto.

-Bueno Tobi creo que será mejor no pensarlo más, saldremos allí fuera, si la radiación no nos

mata al salir, moriremos de aburrimiento aquí dentro si no salimos-le dije con tono de humor.

Tobi pareció estar de acuerdo conmigo y emitió varios ladridos con gran fuerza, con paso

firme y seguro nos dirigimos a la puerta, que se abría introduciendo un código:”EL FIN”

después de introducirlo la puerta se abrió, la luz del sol me cegó, el canto de los pájaros me

alegró el corazón y el aire puro del bosque lleno mis pulmones.

-Venga Tobi, subamos por la escalera y salgamos de este agujero-.

Cuando asome la cabeza, nada hacía presagiar que algo malo hubiera pasado, quizás mis seres

queridos estuvieran en lo cierto, y el fin del mudo no hubiera llegado, era el primer día del

nuevo año y me sentía muy feliz, Tobi salió primero y comenzó a correr como un poseso, yo lo

miraba sonriendo, el también estaba feliz, pero pronto algo arruino ese sentimiento, el sonido de

un disparo resonó en el bosque, Tobi cayó al suelo herido de muerte, yo salí corriendo en su

búsqueda, pero no pude llegar hasta él, un disparo me alcanzo en la pierna y caí al suelo, mire a

mi alrededor y vi a dos personas armadas, que se dirigían hacia mí.

-Allí esta, ya te dije, que once días atrás, vi a un demonio y su perro esconderse bajo el

suelo, sabía que algún día saldrían.

-No debí dudar de tu palabra hijo mío, pero tranquilo, Nuestro Señor Jesucristo sabrá cómo

agradecerte la muerte del demonio, acaba con él.

Yo los escuchaba estupefactos, pero me quede paralizado y sin habla, de haber tenido fuerzas y

valor de hablar, les hubiera dicho, que mi extraño aspecto era causado por una malformación de

nacimiento, que me daba un aspecto terrorífico, que bien para un fanático religioso como

parecía ser el caso de esos dos tipos, podía ser causa de confusión, y creencia de estar en

presencia de un demonio.

Me quede mirando al más joven de los dos tipos, que era el que empuñaba el arma, estaba

atemorizado, tenía miedo de mí, aun así, no dudo en disparar, una bala atravesó mi frente, ahora

si había llegado el fin del mundo.


lunes, 21 de septiembre de 2015

UN GRAN HONOR

-Lo decidiremos a cara o cruz.
Toda la vida esperando que ese día llegara y debíamos decidirlo a cara o cruz.
La gran cena anual del gran líder supremo, el mayor honor para cualquier chico que cumpliera 18 años.
Para decidir quién era el elegido, se celebraba un sorteo entre todos los chicos de la nación que cumplían dicha edad .Había una sola norma que te excluía del sorteo, los gemelos no entraban en el, por este motivo, mis padres fingieron la muerte de uno de los dos al nacer.
Hemos estado estos 18 años fingiendo una gran mentira, nunca se nos ha visto juntos. En ocasiones salía yo, en otras mi hermano, nunca nadie sospecho nada, nunca fue un problema, hasta hoy. Javier, o sea yo, he salido elegido, pero hay que ser justos, José merece tanto como yo asistir a la cena.
-José, elige tu primero.
-Cara.
-Pues yo cruz, tira ya la moneda papa.
Nunca fui un chico con suerte y esta vez no fue una excepción, cara, salió cara, mi hermano tendría el gran honor de asistir a la cena, no sólo eso, un honor mucho más grande se le tenía reservado, sería el plato principal en dicha cena, el mayor honor que siempre soñé para mi, ser devorado por el gran líder supremo.


lunes, 14 de septiembre de 2015

NADA PERSONAL


-No es nada personal, es solo trabajo- le dije a la madre de la chica que mi cliente violó, mato y luego comió su corazón.
Mientras me duchaba recordaba las palabras de aquella pobre madre, como reaccionaria yo de haber estado en su situación, qué más daba, acababa de ganar una buena suma de dinero y un ascenso en mi bufete de abogados, que fuera culpable y que yo lo supiera no era importante.
Siempre había tenido muy claro, que si quería triunfar en mi profesión, si quería ser una buena abogada, debía dejar los sentimientos a un lado, si tenía que defender a un monstruo lo haría, no sólo eso, conseguiría su libertad.
Salí de la ducha, me seque con la toalla, desnuda y descalza me dirigí a mi habitación, abrí la puerta, fui hacia mi cama y me estire en ella.
Vivía sola, en un lujoso apartamento, en la mejor zona de la ciudad. Me iba muy bien en la vida. Considerada como la mejor abogada del país, no me faltaban clientes, gente rica, que creía estar en el derecho de hacer lo que viniera en gana, por el solo hecho de tener mucho dinero. Juan era uno de ellos, un niño pijo cansado de todo, con ganas de probar cosas nuevas. Matar y violar no lo eran, ya le había salvado de entrar en la cárcel por estos motivos, en más de una ocasión, lo de comer el corazón, fue toda una novedad.
Cerré los ojos para relajarme, entonces, me pareció oír como si se abriera la puerta de mi habitación, los abrí para ver qué pasaba. Al abrirlos, lo vi, a Juan, mirándome con una gran sonrisa en su rostro, y un enorme cuchillo de carnicero en su mano derecha, el miedo me paralizó, era incapaz no sólo de moverme, si no de gritar.
-No es nada personal- me dice.

viernes, 11 de septiembre de 2015

HISTORIAS



-Le propine tal paliza, que ese cabrón deseará no haber pisado este nuestro barrio.
Así de orgulloso hablaba ante su público John, en el viejo bar de su barrio, donde se reunía todos los miércoles, junto a su grupo de amigos de la infancia.
Estos le escuchaban anonadados, como si de un Mesías salvador de su patria, de su tierra se tratara.
Un falso Mesías, un cobarde, que agrandaba su ego contando “sus batallitas”, de cómo propinaba salvajes palizas a viejos mendigos. Muchos de ellos enfermos, a los cuales no quedaban fuerzas ni para defenderse, ni para huir, no podían más que abandonarse a su suerte, esperando un poco de compasión de John, una compasión de la cual carecía.
John se agrandaba ante sus amigos que le jaleaban como su héroe.
Las jarras de cerveza iban y venían, se retiraban las vacías, traían de llenas. Cuanto más alcohol consumían, más alterados se encontraban. Las historia subían de tono, se volvían más violentas, ya ni John podía distinguir la realidad de la ficción, bien podían todas ser historias inventadas, quizás sus amigos, tan solo se aprovechaban de él, le escuchaban y jaleaban a sabiendas que este les invitaría a beber.
-Bueno chicos, creo que ya he bebido demasiado, voy a irme a mi casa, nos volvemos a ver el miércoles que viene, adiós amigos-John se despide, su estado es más que lamentable, no solo esta borracho, hace ya tiempo que se abandono, su aspecto desaliñado es muy parecido al de cualquier mendigo, de esos que el presume haber lastimado, vestido con ropa raída, larga barba y olor nauseabundo, que detona que hace tiempo no se lava.
Mientras sale del bar con gran dificultad para mantenerse en pie, sus “amigos” lo observan y ríen a carcajadas burlándose de él.
John camina por los viejos callejones poco iluminados de su barrio, un gran barrio en sus mejores tiempos, ahora el peor de la ciudad.
Se siente mal, mareado, cada vez tolera menos el alcohol, aun así no puede dejar de beber, es un borracho y lo sabe. Se sienta en el suelo, cree que así se encontrara mejor. Ya en el sucio suelo, un grupo de chicos jóvenes con la esvástica tatuada en la frente, se fijan en el.
-¡Viejo borracho! ¡Desecho de la sociedad! Se puede saber que haces en nuestro barrio, la gente como tú no merece vivir-le grita el que parece ser el cabecilla.
John no le oye, está tan bebido, que se ha quedado dormido.
-¡Esta dormido! ¡El viejo está dormido!-Exclama otro de los chicos.
-Dani, creo que deberíamos hacer una buena acción, hoy hace mucho frío, ve a buscar el bote de gasolina, le prenderemos fuego para que se caliente.
La suerte de John está echada, su final, como el final de cualquiera de sus historias.







viernes, 17 de abril de 2015

DIFERENTE

-Por qué quieres que aborte, yo quiero tenerlo,no quiero que maten a mi hijo.
Carla desconsolada ruega que no hagan daño al feto que lleva en su vientre.
-Por favor amor mio, el doctor tiene razón, es diferente a nosotros, no debe nacer, no tiene cabida en nuestro mundo.
Después de más de 100 años de la muerte de la última persona sin síndrome de down, una terrible decisión a de ser tomada, en un mundo donde todos los seres humanos  padecen dicho síndrome.

jueves, 2 de abril de 2015

CLON

Desde ese día que pude verme paseando por las calles en compañía de mis padres, que vivo aterrorizado. Ese no era yo, tenía mi mismo aspecto, vestía igual, se comportaba y hablaba como yo, pero no era yo, no sabría cómo explicarlo, pero no era yo.

Tan solo fue un sueño, me encontraba al otro lado de la calle y pude verme a mí mismo en compañía de mis padres, grité con todas mis fuerzas para que pudieran verme y darse cuenta que el que iba con ellos no era yo, pero era inútil parecían no oírme. Al despertar una terrible sensación recorrió todo mi cuerpo, aun sabiendo que solo había sido un sueño, algo me decía que quizás era una premonición y estaba en lo cierto.

Días mas tarde el sueño se volvió realidad, lo vi paseando con ellos, les grite y parecieron no oírme, me acerque y me ignoraron ,como si no pudieran verme, su comportamiento me dejo petrificado, sin saber que hacer, más que observar como se alejaban de allí, en compañía de mi mismo.

-Por favor, si se encuentran con su clon ignórenlo, no le muestren la menor atención, de hacerlo podrían poner sus vidas en peligro, aléjense de él lo más rápido posible y llamen a las autoridades-en las noticias no dejaban de repetir esta advertencia.

En ese momento lo comprendo todo, sentado delante del televisor rompo a llorar, mientras, el grupo especial de control de clones irrumpe en mi casa, y sin mediar palabra me disparan acabando con mi vida.